Crédito y Confianza 1ª parte.

Las tiendas de barrio tienen un valor añadido: la confianza.
Esta se demuestra de muchas formas: las clientes suelen dejar recados o la bolsa de pescado, -por ejemplo- para no ir cargadas a la tienda de ultramarinos, o te dejan unas llaves que alguien más tarde recogerá, o dan orden para que dejen en la tienda y a su nombre algún paquete o carta, hasta te dejan a la abuela un ratito para poder hacer los recados más rápido…

La confianza en una tienda de barrio es moneda de cambio, suele ser un camino de dos direcciones, la mayor muestra de confianza es cuando sin pagar ni dar una señal, las clientes pueden llevarse a casa algunos artículos para probarse de manera más tranquila, dejando algunas de las adquisiciones apuntadas o también es cuando pueden dejar a deber alguna compra, o pagarla en varias veces.

En cada tienda de barrio existe una libreta testigo no tan mudo de esa confianza. En casi todas las tiendas de barrio existe una forma de pago absolutamente personalizada que se llama “apúntame”.
En gran parte de los casos es una forma de alargar un poquito mas el crédito, cuando se agota la tarjeta de crédito.
-Tengo que hacer un regalo
-Muy bien, qué tenias pensado?
-No se...tal vez un conjunto mono…
Y tras escoger el que más le gusta…
-¿Puedo pagártelo el mes que viene?Es que este mes ya me he "pasado"...

Casi todas las clientes que se benefician de esta confianza, hacen honor a esa palabra y suelen abonar su deuda cada mes, religiosamente, con mayor o menor puntualidad
¡Por supuesto que hay clientes cumplidoras y muchas!¡ Por ellas se organizó este invento! Pero si bien el interés monetario que tienen es mucho, el interés literario no lo es tanto: llega primeros de mes y pagan, o bien parte o bien la totalidad de la deuda y punto.
Y luego existe ese selecto grupúsculo que no se ajusta a derecho y que la formula “tarde mal y nunca” parecen haberla acuñado cada una a su imagen y semejanza. 
Son aquellas clientes que, lejos de acordarse de la deuda contraída, alargan y alargan su liquidación hasta el infinito y más allá. 

De este tipo existen varias modalidades:

La que viene, paga y se vuelve a llevar mercancía por un valor igual o similar al de la deuda antes contraída, con lo que alarga infinitamente el primer crédito o lo amplia.

La que viene un mes sí y otro no –en verano si el mes que le tocaba “sí” es agosto se convierte en “no” y suele juntarse con septiembre porque hay que pagar el material escolar, los uniformes etc-.

La desmemoriada que pasa por delante de la tienda mil y una vez pero sólo se acuerda de su deuda si coincides con ella en cualquier otro lugar, entonces si no puede evitarte se te acerca y te dice bajito:
-¡Anda!ahora que te veo, me he acordado de que te dejé "algo" a deber…¡El lunes me paso sin falta!
Si el lunes se pasa, es que su olvido era real y legítimo, -a todos nos puede pasar-, pero si no aparece…(continuará)