Un sostén insostenible para un vestido increíble.

Hay ocasiones en que una cliente viene y te suelta a bocajarro,  alto y claro:

-“Quiero un sujetador  sin tirantes, para un vestido que me he comprado sin tirantes y con la espalda descubierta...”

Hace años que casi todo está inventado, pero el problema sigue siendo el sentido común. Los sujetadores para escotes imposibles están más indicados para tallas pequeñas... aunque  los vestidos con escotes imposbles  parecen ser los preferidos de mujeres con tallas grandes.
¿Cómo tendría que ser un sujetador ( no cascos que se pegan) sin tirantes, con mucho escote y sin espaldilla?
Victoria Secret lo inventó, no sé cómo resultará de cómodo pero inventado está, se "sujeta" por los costadillos con dos tiras cortas de Silicona trasparente que van pegadas a la piel.

Muchas tiendas de ropa, -sobre todo las de ropa para celebraciones- venden vestidos espectaculares con escotes de vértigo por delante y por detrás a chicas llenitas….de lorzas, con pechos grandes y descolgados y -ya con la venta hecha- nos las envían para que les solucionemos problemas irresolubles.



En esta ocasión la clienta (que debía medir metro ochenta y pesar 100 kilos) traía un vestido impracticable, la tela imitación a seda, con mucha caída.
 Por delante la tela en el escote caía como una cascada en uve muy suelto para permitir lucir la canalilla, casi hasta el ombligo.
Por detrás el escote era limpio dejando absolutamente toda la espalda al aire  (apenas unos tirantitos que eran una cadena dorada con un lazo entre sus eslabones y para más INRI la tela de falda empezaba también como con caída a la cadera casi casi hasta la rabadilla. Un vestido que para un maniquí estático debía de resultar perfecto. 
Por delante la falda era cruzada con un ligero drapeado que al andar dejaba al descubierto buena parte del muslo.
Nuestra cliente es una mujer jaquetona, de carnes generosas, alta, toda ella muy grandota que no había escogido el vestido más adecuado a sus proporciones.
Haciendo un repaso de abajo arriba:

-Lo que pedía el vestido era ir sin medias con las piernas morenitas 
(natural o maquilladas) ya que hasta las  de liga se marcarían por el fino tejido del que estaba hecho el vestido y se verían por la abertura.
-Lo que pedía la cliente: unas medias reductoras de las de faja que reducen al menos una talla…
-Lo que pedía el vestido: una braguita tipo tanga diminuta de las llamadas de hilo dental, y en forma de "Y" por detrás muy baja de cadera quedarían invisibles.

-Lo que quería la cliente: una faja reductora que le metiera el estómago y el vientre.
-Lo que pedía el vestido: no usar sujetador (bueno, casi el vestido pedía ir desnuda y estaba pensado para enseñarlo todo) muy tipo Alfombra roja de Hollywood.
Lo que pedía la cliente: un sujetador sin tirantes con escote de pico por delante y la espalda totalmente descubierta de talla “100 a”, la mujer tenía bastante pecho, aunque no excesivo para su tamaño, pero lo que tenía era el perímetro torácico muy ancho. 
Cuando le pregunté que cómo podría mantener en su sitio un sujetador sin tirantes y sin espalda...
-“y que realce el pecho…”
-Eso…



La clienta me contestó  que en la tienda donde "le vendieron" el vestido, le habían hablado de unos sujetadores “especiales” para vestidos con escote de espalda que en lugar de espaldilla tenían unos tirantes larguísimos que se cruzaban en la parte baja de la espalda y luego se abrochaban por delante por debajo del ombligo
Sólo había un par de inconvenientes que la lógica de cualquiera ya habrá advertido: por bajo que pongamos los tirantes cruzados siempre se verían con semejante vestido y si un diminuto hilo dental de una mini tanga podría notarse en un modelo así, imaginemos cómo resultaría un elástico de poco más de un centímetro  estirado y apretando las carnes de semejante moza.
Luego además tendría que ser un sujetador escotadísimo para que no se viera por delante y el tercer detalle sin importancia es que para que no llevara tirantes le tendríamos que sujetar las copas con chinchetas o con grapas.
 La esperanza es lo último que se pierde y la cliente se probó de todo:  desde las copas de silicona que se adhieren a la piel y que por supuesto no relazan nada, hasta un sujetador especial ingenio del diseño, que es un corpiño con la espalda descubierta  que se mantiene por unas varillas en los costados pero se veía por el escote y la falda empezaba más abajo de donde llegaba la cinturilla del corpiño, además por delante se notaba y arruinaba el efecto movimiento de la tela del vestido.

La cliente empezó a pensar en arreglos como subir la cintura de la falda, cambiar los tirantes del vestido por otros de terciopelo más gruesos… coserle el escote para que no bajara tanto… Total que para poder ponerse sujetador (algo que era necesario) y las medias reductoras a las que por nada en el mundo quería renunciar, acabaría llevando un vestido muy diferente al que se había comprado y probablemente gastándose más en arreglos que lo que le hubiera costado comprarse un vestido con arreglo a su constitución.
Hemos solucionado muchos temas  de lorcitas indiscretas, problemas de  transparencias o de  escotes de vertigo o de pinzas que había que rellenar en vestidos espectaculares.



 Pero hay que elegir los vestidos con un poco de cordura y desde luego que hay que tener cuidado con los espejos “trucados” de según qué grandes cadenas y con la charlatanería de dependientas entrenadas para ser ilusionistas que sin ninguna reserva son capaces de vender cualquier cosa inadecuada con la promesa de que en las tiendas de corsetería existen las prendas milagro, olvidándose muchas veces que la clienta no es una estatua impertérrita, que no se va a mover, a comer y hasta dejará de respirar mientras tratan de lucir el modelo con el que siempre habían soñado y que puede convertirse en la peor de sus pesadillas.