Desfachatez



¿Estamos perdiendo  el norte?
Una clienta "habitual" viene a ver bañadores y mira por donde el que iba buscando va y lo encuentra en el color y la talla que necesitaba, se pone muy contenta y sin el menor reparo saca de su bolso el mismo bañador una talla menos que ella compró en otra tienda sin probarse pero que le viene pequeño  y me ofrece cambiarlo por el nuestro ya que es el mismo modelo de bañador y sólo cambia la talla.
-Total a ti que más te da tener una talla que otra...al contrario! -recalca- este lo vas a vender más rápido porque esta talla es más pequeña y se vende mejor!...
Y además me asegura que viene con la etiqueta y todo y hasta me enseña el tique de compra! 
Y ahí me tienes a mi hablándole de normas y de ética a alguien que con su estrafalaria proposición  está claro que no parece conocer los conceptos
¡Nunca, nunca dejaré de sorprenderme!


Insolencia versus paciencia


 Cuando vamos a comer a un buen  restaurante  ¿nos comportamos igual que si vamos de tapas a  la tasca de la esquina? ¿comemos las patatas igual que si vamos con los niños a un burguer ?
Las grandes superficies están socializando las costumbres  de los clientes,  se están acostumbrando a que nadie les atienda  y se comportan en las tiendas pequeñas como en las más grandes: como si estuvieran solas.
Cada vez con más frecuencia se dejan las prendas que se prueban vueltas del revés  o en  el probador, o vueltas del revés y en el probador, no las cuidan ni cuando las están mirando, y si las manchan  pues da igual, no se responsabilizan, es más a veces las manchan y te piden otra igual que no esté manchada porque no quieren llevarse las que ellas mismas han estropeado…
Lo único que no están desaprendiendo ese tipo de clientes es en que en las grandes cadenas no se protesta el precio ni  se regatea…
Ayer vino a última hora de la tarde (una tarde de viernes flojita) una mujer que buscaba un bikini, lo quería de una determinada forma  porque hacía unos años se había comprado uno así que le gustaba mucho y le apetecía tener otro de aquel modelo.

El problema –aparte del hecho que a estas alturas de la temporada no se puede escribir la carta de los reyes magos-, es que el modelo “ soñado”  lo debía de tener esta mujer antes de que su cuerpo hubiera sufrido las trasformaciones propias de la migración hormonal.
Cuando se probó un par de modelos de la forma de sujetador similar a la que exigía : sin tirantes, sin relleno y sin aro y vió a donde le llegaban sus pechos, decidió que se dejaría aconsejar y me hizo una concesión: probarse un bikini cuya parte de arriba fuera de la forma que pedía pero no de la manera: es decir, sin tirantes pero con un suave foam y bien estructurado en la copa para sujetar los ya no tan firmes pechos.
Además  el modelo de teenager que le gustaba la braguita le cortaba  justo por debajo del ombligo donde la cintura empezaba a ensancharse y eso si le realzaba…una prominente barriguita, que era preferible esconder.
El modelo que le facilité tenía un drapeado a un lado de la braguita y la suficiente altura para disimular ese relieve y la parte de arriba conseguía devolver a su sitio el pecho con un diseño que además le quedaba perfecto…pero el color –un azul petróleo le parecía demasiado discreto…
Ella quería rayas y colorines…
Le di rayas y colorines en otros modelos y volvía a probarse el azul petróleo y legó el momento de decidirse.

-Parece que este deforma me va mejor
-Sí , desde luego ese te queda muy bien,
-Tal vez  es demasiado discreto para mi, yo venía con idea de colorines…¿Qué precio tiene ?

La conozco, vive en el barrio y se lo que viene a continuación…
http://cineyotrascosas.wordpress.com/category/fotos-antiguas/

-Mira en la etiqueta, es que  no me lo sé.
-Uyyyyyyyyy! aquí pone 52, 75€…. Veo bien o estoy viendo visiones?
-Si, eso "creo" que vale.
-¿Esque no tiene rebaja?
-Si, tiene un 20 %...
-Ayer me hiciste un 30!.
(Ayer compró una bata para su tía, y esa estaba al 30% )
Mujer, cada cosa está a su precio y tiene su rebaja…
-No, si me llevo el bikini me tienes que hacer el 30…

- No, mujer eso no es posible…
- Dime cuanto se quedaría con un 30%.
-Pero es que no tiene un 30.
-Puedo? Y coge la calculadora… 46€…y ya está bien!
- Mire que …
-En 45€ me lo tendrías que poner y me lo llevo…mira que el color no me gusta…
-Pues mire si el color no le gusta y el precio tampoco pues  lo mejor sería que no se lo lleve.
-No si el bikini me está bien… pero es que es muy caro….
(¿Cómo se sale uno de aquí sin mandar a la clienta a hacer figurillas?)
-Venga mujer si  ya estás liquidando…
-Qué va…  aún nos quda mucho verano!
-Si pero bikinis ya te quedan pocos …
-La colección es tan bonita que se está vendiendo muy bien.
-De este bikini te quedan mas?
-No, es el único y la única talla que queda...
-Pues por eso!
(Le diga lo que le diga me pilla)
-Mira vente dentro de unos días cuando el remate final…
-Si... para entonces este  ya no está!
-Seguro…
-En cuanto dices que me lo dejas?
-Con la rebaja sale en 52,74…
-Es que hay que ver!!!! ( ya te digo!)
-Hala cóbrame 50 y me lo llevo...Mira que yo siempre vengo aquí… ( porque  será?)

Este sí que es un momento delicado, yo ya estoy cansada de forcejeo y si no le haces mas descuento puedes perderla como cliente..y una piensa “para clientes así….” Bueno, pues la cosa está para clientes “así y asá” mientras sean clientes…
- venga, que no se diga…
- le paso la tarjeta y me dice –no me vas a regalar nada?-
- No tengo nada para regalar…
-Mujer unas medias, un pañuelo…
-No, todo es para la venta…
... y mientras me pone el pin:
http://cineyotrascosas.wordpress.com/category/fotos-antiguas/
-Oye si no le gusta a mi gente te lo traigo, eh?
Bueno, pues si no le gusta, cosa que creo poco probable porque el bikini le queda fenomenal, entonces me lo trae y yo le daré un vale, de acuerdo? El dinero no lo devolvemos…
-No ya vendré, si tengo que venir a por un par de sujetadores y algunas braguitas….
Cuando se fue había pasado más de media hora de la hora de cerrar y a estas alturas de la tarde-noche, esto más que promesa de compra me sonó a amenaza!

La mofeta.



 Me han pedido cosas raras, a veces muy raras, algunas con mas gracia que otras y otras sin gracia ninguna, pero lo que me han pedido hoy  me ha hecho sonreír, esta mañana una señora ha venido a comprar un camisón un poco especial…


- Mire señorita, es que voy buscando una cosa que ya no se hace…

-  Dígame señora en que puedo atenderla…

- No, si no va a tener…

-  Dígame a ver si puedo ayudarla..

-  Vengo buscando un camisón para gordas… Cómo los de las viejas de antes…

-  A qué se refiere usted? Miré este lo tenemos hasta la xxl y da bastante talla…

- No...ese es para jovencicas como usted  (Dios la bendiga!)

-  Yo quiero uno de vieja…

- Algo clásico? Estos son bastante clásicos y discretos…

- No yo quiero uno con mofeta


La señora lo que quería en realidad era un camisón super clásico de los que llevan una tapeta redondeada en el escote desde donde el camisón se riza otorgando mucha amplitud a la prenda, va muy bien  para gente obesa o con mucho pecho o estómago. A ese rizo, a esa aplicación se le llama comúnmente MOCETA.



Y llegaron las rebajas del verano 2012


Y hasta en los telediarios empezaron a decir que los señores comerciantes ya no se frotaban las manos, que la gente apenas compraría en estas rebajas, tan parado estaba nuestro país y nuestra economía.

Y marcamos casi todas nuestras tiendas de temporada con el precio del descuento correspondiente, muy pocas se habían vendido en  su momento y colgamos los carteles de rebajas del 20 %.
Y los primeros días fue una gozada ver desfilar de nuevo a nuestras Pocholas menos reacias a comprar aunque mucho mas moderadas que nunca.
Y nuestras Pititas ya más resignadas con el lógico sistema de los descuentos y a fuerza de inspeccionar a todos los comercios existentes, accedieron al -20% las prendas que a su precio no les encajaban.

-Venga mujer, cómprate los dos si te están monísimos, se animaban unas a otras.

-Que no, que no, sólo me llevo uno que en mi casa no me cabe ni ún sólo bikini más de todos los que ya tengo…

-Mujer, si fueran mantas o edredones (o abrigos de visón) pero si son minúsculos.

-Que no…que ya me he cansado de tantas rebajas, además la semana que viene los darán a mitad de precio.

- (o no quedará nada de su talla)

-Si, o al -70% ....seguro!

-Pues eso, entonces venimos y nos lo llevamos…

Y las Pitirritantes con su lucha sin cuartel, andan por aquí peleando los descuentos y sin terminar de decidirse a comprar:

-Yo si vengo y me lo llevo me tienes que bajar mas de esa ridiculez del 20 % ¿eso que rebaja es?

Y buscando manchas o defectos inexistentes o con tácticas de a ver si cuela…

-Tch, (casi con pena) es que me quedan bien casi todos… (para que te vayas haciendo ilusiones de que esta vez te va a comprar)

Tres cuartos de hora de probador más tarde de cuatro vestiditos playeros te dice que se va a llevar dos:

-Bueno, mira, todos no pueden ser, me llevo estos dos. Hazme la cuenta.

-Antes 49,95 (En voz clara y hablando muy despacio porque me la veo venir) ahora 39,95…

-¿Cómo, cómo?

-Si señora, están marcados…

-¿Pero no estaba todo al 50%?

-No señora, estos son de esta temporada y tienen una rebaja del 20% tal y como indica la etiqueta es el precio en rojo al lado del -20% y debajo del precio anterior.
(¿Para que nos molestamos en marcar con la rebaja los cientos de prendas de los percheros? ¿Pensará que el precio que pone es a titulo orientativo o tal vez decorativo?)

-Anda! Pues no pensaba gastarme tanto ni mucho menos, bueno, déjamelos mas baratos y me los llevo…

-Lo siento señora, ese es el precio de la rebaja para todos es el mismo (“gitanos, moros y
Castellanos”… que diría aquella vendedora al marroquí, cuando le regateaba en el mercadillo)
-En fin, yo que venía toda ilusionada y me voy toda decepcionada

-No sabe cuánto lo siento...

-Si no los vendes es porque no quieres, déjamelos a mitad y me los llevo…

-Lo siento señora no es posible.

-Pues hala, deja, deja total si tampoco es que me hagan falta…


Dieta si... idiota no!

Ese mismo día aprovechando que había gente, una clienta que había comprado un bikini dos meses atrás vino a cambiarlo porque “yo se lo había vendido dos tallas más grande”…

La cliente pretendía convencerme desde su nueva delgadez que ella había venido a por una talla 40 y yo me había confundido al dárselo y le había metido en la bolsa una talla 44,la que ella usaba antes de someterse al método Dukan, dieta  que yo sabía que estaba siguiendo porque habíamos coincidido en la carnicería del barrio en donde había estado presumiendo de lo bien que le iba y de los kilos que estaba perdiendo. Insistía en que no se lo había vuelto a probar en todo este tiempo y ahora que iba a irse de vacaciones se había dado cuenta “de mi error”. Le pregunté cuantos kilos había conseguido perder al final y le recomendé que lo llevara a arreglar si pensaba que no recuperaría los kilos.



Picaras viboritas  Pititas 

El segundo día de rebajas vino una chica acompañada de un joven a devolver un bikini comprado antes de las rebajas, me pidió un vale y así se lo hicimos como reconocimiento de deuda,  antes y como es mi costumbre inspeccioné la prenda rápidamente y la colgué en una percha cercana al mostrador, otra chica que iba a probarse bañadores le gustó el bikini que acababan de devolverme y como coincidía que era su talla me lo pidió para probárselo.
La chica a la que estaba haciendo el vale miró como “su” bikini desaparecía dentro del probador y noté que se ponía nerviosa, algo estaba pasando…


Empezó a dar vueltas a los percheros de la tienda mientras el muchacho que le acompañaba permanecía de pié , tenso, casi firme, sin decir palabra, era un chio alto, pero con muy buena pinta así que no suponía ninguna amenaza de nada, ni la chica tampoco… la del probador se eternizaba y la que trajo a devolver el bikini tampoco parecía tener prisa, justo al abrirse el probador la chica de la devolución me dijo: -mira, no encuentro nada, me voy a llevar el mismo que traje.
Pero la del probador había elegido ese bikini y otro más y al ponerlo en el mostrador, la primera cliente me pidió el bikini.

-Mira dame el bikini que me lo llevo…

-Me quedo con este y con este, me quedan geniales.

- No ese no, que era mio…

-¿Cómo tuyo?

- Si lo he traído yo para devolverlo pero al final me lo vuelvo a llevar.

-Pues lo siento pero me lo voy a llevar yo, haberlo pensado mejor.

- (A mi) Tu sabes que ese bikini es mío!

-No, lo siento, lo has devuelto y yo te he dado un vale, ahora no puedo quitarle a esta chica el bikini.

- Pues aquí tienes el vale ( y va y lo rompe…!).

-Acabas de romper un cheque al portador por valor de 67€…

-A mi dejadme de milongas, cóbrame que me voy.

Viendo que la otra se estaba poniendo histérica, decidí hacerle caso a la segunda cliente, le cobré ( el bikini de la otra con el 20% de  descuento y cuando le metí los bikinis en la bolsa la otra clienta casi estaba llorando(a mi me sudaban las manos y me empezaban a temblar un poco las piernas, notaba como mi cuerpo se cargaba de tensión)


-Pues que sepas que eso no se hace así!


- El joven –que de tan quieto que estaba para mí se había vuelto invisible-de pronto la tomó del brazo y me dijo:

-Discúlpela que está un poco nerviosa…

Y se la llevó casi en volandas, justo al salir oí que le dijo:-
" Venga, admítelo no te ha salido bien…"



Y se me hizo la luz, no entendía nada hasta ese momento, pero ahora si, estaba claro, la joven había venido para devolver el bikini y después llevárselo de nuevo con el 20% de descuento y al final todo se había torcido y se quedó sin bikini…sin vale no, porque dos días después vino el joven a hablar conmigo y ya se lo tenía yo preparado. 
Pero …
¿Hasta qué punto se puede  hilar fino para obtener rebajas aún en tiempos de no rebaja?

¡Nunca acabarán de sorprenderme!

Rebajas 3ª parte .Y el lobo llegó!



Si, el lobo llegó (Y nos pilló con los armarios llenos)
Pero lo peor estaba por llegar y llegó el 2012 y nuestras Pocholas se asustaron de verdad y parecieron espantarse.
El lobo había llegado y no quedaba ni un cordero a salvo,  pero aunque sus compras ya no eran tan sustanciosas su actitud seguía siendo educada, correcta, razonable. Se nos habían vuelto muchas de ellas filosóficas y se debatían entre el ser o no ser y los cada vez más habituales “lo pensaré…” y empezamos a oír por doquier una nueva y funesta letanía: “en realidad no lo necesito”.


Otras muchas tal vez por culpa de la ansiedad que les había llevado a la bulimia, tal vez porque con los recortes ya no había para pagar el gimnasio, tuvieron como escusa  el tener que adelgazar para prorrogar la compra del bikini.
Y las Pititas cada vez se volvían más numerosas y pasaron de consumir a consumirse en un quiero y no puedo que las hacía sentirse frustradas y como amargadas y se nos llenaron las tiendas de peticiones imposibles.

Desde entonces comprar algo, cualquier cosa, tenía que superar rigurosos exámenes  de calidad e idoneidad.

Se tratara del artículo que se tratara tenía que satisfacer tantas expectativas, pasar por un control tan exhaustivo que era imposible cubrirlas todas y empezó a dar igual lo bonitos que tuviéramos los escaparates y lo bien surtidas que estuvieran nuestras repisas y nuestros percheros. Nunca era suficiente!

Si te pedían un sujetador que se fabricaba en 6 colores y solo -¿solo?- lo tenías en stock en 5 colores, siempre acababan queriendo el color que no tenías aunque fuera un color boñiga de vaca horrendo, o si el sujetador tenía la posibilidad de conjunto con 5 modelos distintos de bragas y a ti te faltaba la talla XXL de la tanga hilo dental justo esa era la que querían comprar aunque la señora pesara 45 kilos, pero es que “le gustaba que le tapase bastante…”

Para muestra un botón:

Una señora vino buscando “EL PIJAMA” no un pijama, no, EL PIJAMA.
-Qué mono….!(Señalando un pijama de algodón con corte masculino)Es de algodón 100 x100 o tiene mezcla?
-100 % algodón mercerizado…es una maravilla.
-Si, está abierto por delante pero tiene cuello y eso no acaba de gustarme…
-Tiene bolsillos….
-Si dos, es la gracia del pijama (acababa de irse sin comprarlo una señora precisamente por que no le gustaban los pijamas con bolsillos)
-No si me gustan los bolsillos, sin bolsillos no “me apaño”…
-Si, son muy prácticos (¿?)
-Parece que tiene las “costuricas” planas…..Sólo lo tenéis en este color?
- Además de rosa está en celeste, crudo y negro.
-No, de llevármelo me lo llevaría en rosa porque celeste ya tengo, el negro es muy oscuro (¿¿….??) y el crudo muy sucio  (¡¡….!!).
-Tendrás la talla 46?
-de la 42 a la 50
-Parece que no da mucha talla…el pantalón tiene goma o es de cordoncillo?
-Tiene cinturilla de goma pero muy suave.
-Es que a mi todo me aprieta.
-(A mi últimamente sólo las clientes) no, mire que elástico es.
-Si la verdad es que parece que si. Y tendrá bastante tiro?
-(A estas alturas yo me pegaría uno) ¿Quiere probárselo a ver cómo le queda?
-Si que me lo voy a probar si, que en la percha se ve muy bonito pero lo mismo luego no queda bien…
-Si, ya verá que bien le queda, tiene un patrón que sienta muy bien. (¿Cuántas veces dice un comerciante esta frase en su vida?)
Se lo probó en tres de los cuatro colores, en “el sucio” y el negro oscuro también y tras un buen rato en el probador no se llevó ninguno porque se había dado cuenta de que no traía botón de cortesía! (un fallo imperdonable del fabricante) y si se le perdía alguno luego tendría que cambiarlos todos y eso “le daba muchísima rabia…”

Con la crisis y la inseguridad económica reinante, las clientes se habían vuelto exigentes en exceso, tenían de todo y en cantidad y en poco tiempo se pasó de comprar “por que sí” a no comprar “por que no”. Y hasta las Pocholas habían pasado de comprar fluidamente a comprar “poquito pero bueno” y enseguida a comprar “poquito y barato” y habían terminando por no comprar.
Las calles empezaron a quedarse desiertas, incluso de ruidos y las tiendas llenas de mercancía a rebosar pero cada vez más y más vacías de clientes que daba pena ver a las dependientas hasta aburridas.

No se veían bolsas por las calles, las Pocholas no salían por no gastar y si acaso alguna salía eran las Pititas para mariposear de tienda en tienda y seguían con sus peticiones cada vez más imposibles y también las Pitirritantes que pasaron de impertinentes a sufrir de una hiriente incontinencia verbal.
Estas últimas apenas asomaban por la puerta -la temporada recién recibida-, para preguntarte si tenías rebajas, todo les parecía poco, feo o carísimo y si compraban algo te amenazaban con devolvértelo porque sospechaban que cuando llegaran a casa iban a cambiar de opinión (y no pocas veces cumplían su amenaza)
Vender había pasado de ser un trabajo agradable a una variedad de lucha cuerpo a cuerpo, un pulso dialéctico en donde el vendedor siempre llevaba las de perder ( la venta, el cliente, la alegría) si la prenda llegaba a la caja antes de marcarla te sometían al tercer grado:

-En cuanto me lo vas a dejar? ……-Esto en qué se queda?....-Cuanto le vas a quitar? Mira que estamos en crisis!

Desertadas las Pocholas quedaban Pititas y Pitirritantes para defender la temporada y cuando digo “defender” es que cada venta se convertía casi en un ejercicio dialéctico de defensa personal.
Asi las cosas, esta temporada a parte de corta ha sido dura como ninguna que yo recuerde 25 años atrás. 
En marzo, abril o mayo solo se vendió lo estrictamente necesario, por no haber este año, no hubo ni vacaciones de Semana  Santa ni comuniones y si las ha habido, no han estrenado ni las medias…
Y llegó el sol y las marquesinas de todas las paradas de autobús y las playas se llenaron de Bikinis Hechos y Maltrechos a 4,95€ la pieza y los comerciantes empezaron a ponerse nerviosos y a lanzar campañas encubiertas  de rebajas adelantadas.

15 días antes de la noticia del telediario sobre las rebajas, las Pitirritantes más radicales nos amenazaban en cada compra:

-Si las rebajas ya están ahí. 
-Mira luego me va a dar mucha rabia ver que lo que me llevo ahora “lo das” a la mitad…


-No mujer, hoy es 15 de junio… este modelo no llega a las rebajas ¿ No ve lo bien que le sienta, la calidad que tiene y el precio tan estupendo?


-Si, si pero dentro de nada a la mitad, ya lo verás y entonces me voy a enfadar...

La semana anterior a las rebajas, la última de Junio tuvimos mucho trabajo y pocas ventas, las tiendas parecían animarse, colas en los probadores de clientas que querían probarse el bañador a por el que vendrían en cuanto se colgase el letrero de “rebajas” al lunes siguiente.

-¿A qué hora abrís el lunes?

Daba igual que a tus clientes y a las caras conocidas les propusieras hacerles un descuento por anticipado, ellas estaban seguras de que el lunes al abrir todo y en todas partes bajaría su precio a la mitad.
Y en las colas se oía:

-En algunas tiendas hasta el 70% de descuento van a hacer.

-Si es que están asfixiados los pobres…

-Si hija pero a río revuelto…ganancia de pescadores…



Y llegaron las rebajas del verano 2012


Y hasta en los telediarios empezaron a decir que los señores comerciantes ya no se frotaban las manos y que la gente apenas compraría en estas rebajas de tan parado que esta  nuestro país y nuestra economía... (Continuará)

Rebajas 2º parte. Que viene el lobo

Hace dos años empezamos a notar que algo no funcionaba, estaba en el ambiente pero aunque sabíamos que algo no iba bien nadie quería creerlo….

Y en la tienda colgamos la temporada de primavera verano y por delante de ella desfilaron mis Pititas y Pitirritantes dos y tres veces para ver y tocar y alguna tal vez probarse lo que a buen seguro no les iba a hacer falta hasta agosto pero vaya, que dijeran por la tele lo que dijeran aquí nadie se iba a quedar sin vacaciones. Pocholas aparte, Pititas y Pitirritantes se volvían cada vez más recalcitrantes y en abril ya empezaron a preguntar que “para cuando las rebajas”, cuando en los percheros aún no habíamos acabado de colgar la nueva temporada.
 Por si la moscas  ( o por si el lobo) y como tenían nuevo el de las rebajas del año pasado iban a dilatar lo máximo el comprarse el bikini, ese año el tiempo tampoco acompañaba y durante gran parte de la primavera y principios de verano viento y lluvia cada fin de semana acababan por no dejarnos despegar la temporada.

Nuestras Pocholas, las de siempre, seguían con un ritmo tal vez más pausado, pero seguían comprando lo que necesitaban y lo que sabían que iban a necesitar y a las demás  las veíamos desfilar delante de nuestra preciosa mercancía, con sus comentarios, con sus ocurrencias y tras soportar un año repleto de semanas fantásticas y de días de oro y de especiales y perpetuos descuentos en cortes cada día más infieles, aguantamos como pudimos y algo vendimos hasta que llegaron las rebajas.
Entonces Pititas y Pitirritantes se lanzaron a la calle visa en mano (ya lo pagarían a plazos) en busca de ese  50% imaginado y no hallaron más que los restos de años pasados y algunas tallas sueltas de las prendas tan largo tiempo codiciadas, pero además si encontraban la prenda y la talla que perseguían con “tan solo” una rebaja del 20 %  nos reclamaban:

-¿Esto  no está al  50% …..?¿….Y para cuándo la segunda rebaja?

Y si llegaba la segunda rebaja aún algunas asomaban la cabeza para preguntar:

-¿El bikini marrón está ya al 50%?

Y una  con la lengua sujeta detrás de  una sonrisa, le contestaba con toda la corrección de colegio de monjas que no, pero que estaba a un precio muy ventajoso y entonces respondían como si te amenazaran:

-“Ya lo bajarás!”….



A la vuelta de vacaciones cerraron muchos comercios, tiendas de las de toda la vida, las de siempre, cerraron para siempre…
Los comercios que compraron bien,  los que graduaron compras y pagos viendo venir los nubarrones, pudimos salvar la temporada si no con ganancias si al menos con dignidad.

Pero lo peor aún estaba por llegar….






Rebajas 3ª parte .Y el lobo llegó  (Y nos pilló con los armarios llenos)


... Pero lo peor estaba por llegar y llegó el 2012 y nuestras Pocholas se asustaron de verdad y parecieron espantarse.


El lobo había llegado y no quedaba ni un cordero a salvo,  pero aunque sus compras ya no eran tan sustanciosas su actitud seguía siendo educada, correcta, razonable. Se nos habían vuelto muchas de ellas filosóficas y se debatían entre el ser o no ser y los cada vez más habituales “lo pensaré…” Entonces empezamos a oír por doquier una nueva y funesta letanía: “en realidad no lo necesito”. (Continuará...)

Rebajas de verano 1ªparte : Aquellas Rebajas.


Dos veces al año -en fechas cada vez más tempranas- en todos los telediarios dan la primicia: 
-“¡Mañana comienzan las Rebajas!”
 Ajenos a la realidad suelen tratar el tema más o menos como si fuera el maná de “los señores comerciantes que ya se frotan las manos...”, “.....en las próximas rebajas se calcula que ganarán una nosequeburrada de miles de millones de euros”…





Y  yo "señora comerciante", un verano más veo reducirse mis  ganancias un 20% antes de que mis clientas ni siquiera hayan pensado en ir a la playa,  cuando apenas ha empezando a venderse la temporada de verano. Para más inri con el tema de la crisis cada vez encargamos bikinis y bañadores de precios más ajustados, y la mejor relación calidad precio que podamos encontrar con cada vez más escuetos márgenes de ganancia, apenas un pequeño renglón para el baño de marca, "el caro" el que si cifra (años atrás el pequeño renglón era el de bañador más económico) pero el público manda...







Desde 1985 mi tienda suele ser la primera en esta ciudad en montar los  escaparates de baño, un avance que hasta hace unos pocos veranos mis clientas agradecían encantadas y a últimos de febrero aunque cayeran chuzos de punta mis Pocholas (las clientas agradables, afortunadamente la mayoría de ellas)   hacían alegre y pacientemente cola en el probador para conseguir un trocito de vacaciones adelantadas en esa compra ilusionante que era la del traje de baño y que parecía prometerles un exótico verano de lujo y aventuras.
Muchas me pedían que las llamara en cuanto vinieran los primeros modelos para poder elegir en exclusiva (no importaba el precio) y ser las primeras en adquirir esa prenda por la que empezaban a suspirar de nuevo apenas tenían que volver a la manga larga… 
De octubre a marzo se contentaban con recordar unas siempre demasiado cortas vacaciones y a partir de marzo y abril se ilusionaban con el ya próximo verano, mientras su flamante nuevo bikini  esperaba recién comprado para ser estrenado en un lugar preferente de su armario.

Entonces cada oleada de nueva mercancía era detectada por las clientes menos impulsivas y las Pititas (las clientas tiquismiquis) que atentas a las novedades y a la moda  oteaban la inminente llegada del buen tiempo y esperaban atentas a encontrar el modelo apetecido.
El clima -acompañara o no-, era algo circunstancial a las ventas y todos sabíamos que antes o después el sol llegaría a nuestra piel y nos pillaría bien preparadas para recibirlo.



Las Rebajas eran para las Pocholas una excusa para seguir comprando, eran un rito social "ir de rebajas", las familias salían juntas por las rebajas, las amigas quedaban o se encontraban en las rebajas, era como salir de caza y llenar de prendas de fondo de armario un armario sin fondo.


También -aunque menos divertidas- servían para las rezagadas, para las que no querían enfrentarse al espejo, para las que nunca encontraban nada que les gustase o nunca se gustaban con nada, para las que no esperaban ir a ningún sitio o estaban demasiado aburridas de ir siempre al apartamento de la playa con los suegros y una tía soltera, siempre lo mismo, esa inercia tal vez contagiada por ese ineludible personaje siempre con su bañador negro luto con sobrefalda y con la suegra cuyas manos parecían terminar en agujas de punto de ganchillo, siempre inmersa en una labor: una colcha de tapetes desde hace 15 años inconclusa. Un verano "familiar" con los niños dispersos  a su aire, con el suegro y el marido frente al televisor, dos momentos del mismo anodino individuo. 
A esta cliente lo mismo le daba comprarse el bañador el día antes de cerrar la maleta que pasar con el del año pasado, si total ni siquiera bajaban a la playa, todo el día limpiando el apartamento y haciendo de comer...

Las Rebajas de verano por pura lógica eran a  finales de agosto y servían a los comerciantes para rematar la temporada, pudiendo hacer finiquito de existencias y del otro lado del mostrador para quienes se encontraban desplazadas y habían olvidado en su ciudad de origen el bikini y para las que estaban devuelta de las vacaciones poder renovar el armario y la ilusión al adquirir esa segunda –o tercera- prenda que quedaba casi intacta para el año siguiente y que podían estrenar con un poco de suerte en alguna fugaz escapada de fin de semana que les alargara el moreno y la ilusión de seguir de vacaciones.



Que viene el lobo…(2ª parte)




Hace unos años empezamos a notar que algo no funcionaba, estaba en el ambiente pero aunque sabíamos que algo no iba bien nadie quería creerlo….(Continuará...)