Tarde de imposibles


Dejando aparte subidas, impuestos y recortes, entre la vuelta al cole con los gastos para las familias yel regreso  de las vacaciones con la visa completamente quemada, las ventas de lencería y corsetería en septiembre suelen bajar bastante, (si acaso las salvan las bodas) apenas hay movimiento y cuando lo hay no todo son ventas…
Ayer por la tarde tuve una tarde "de imposibles” no faltó público pero parecía que todo lo que iba buscando la gente era precisamente algo de la marca, de la talla, o del color que yo no tenía o algún artículo que yo no vendo. 


Entre otras cosas me pidieron:

-Una bata para una señora de 85 años en azul marino y a ser posible de guatiné…
- Calcetines de perlé para bebés…
- toallas de baño
- un triquini que diera mucho de tiro, buscado por  un transexual muy aspaventoso
-una tanga de encaje marrón chocolate  en talla xl
- una cinta métrica…



De las pocas ventas que logramos realizar en esa tarde de imposibles destaca la que hice a una chica joven que  se quedó prendada de un pijama pantalón color rojo con lunares blancos del que nos faltaba la  talla que iba buscando…
Era grandullona y necesitaba por lo menos una  talla 52…lo tenemos en celeste, gris , cava y lila pero el rojo púrpura  sólo hasta la 46…


-Pues lo mismo me entra!

- Verás …es que vienen las tallas muy reducidas…( es lo que suelo decir para desanimar a la clienta y que me reviente las costuras del pijama)

-Pues yo lo veo grande…me lo pruebo? (insiste)

- Me permites? Le mido la cinturilla del pantalón y le cubre sólo desde el costado hasta la mitad de la “barriguilla” …(y eso que el pantalón es de los anchos...)

-Jo, que rabia… ¿y crees que no me entra de verdad?

- Yo diría que…no. (¡Ni con calzador!)

-Es que me he enamorado…


-Ya...vaya… si lo quieres en otro color…¿Y en lila…?

- ¿El lila que al tonto espabila? No, en lila no me gusta.

El pijama era pequeño muy pequeño, por más que ella quisiera pensar que le cabría era evidente que no. Le faltaban al menos tres tallas!
Cuando me dirigía a enseñarle otros pijamas de parecidas características me sorprendió con un:

-¡Venga va... me lo llevo! si tengo que adelgazar… 
  y si no ... se lo regalo a alguien!.

(¿Apostáis a que en cuanto llegue a casa se lo intenta meter?)

-"Tenías que haber dejado que se lo pruebe" dice mi Pepito grillo...

-¡Claro! y si revienta las costuras luego qué hacemos?

-¡Pues lo mismo lo hubiera pagado igual!

-Sabes que eso ya no es así... ahora cuando manchan o estropean una prenda se van tan frescas...

-¿Y qué harás cuando lo traiga de regreso?

-...pues inspeccionaré las costuras y si están perfectas se lo cambiaré por lo que ella quiera, tal vez cuando esté en casa, más tranquila se le pase la obstinación...

-"Enamoramiento"

-¡Eso!" enamoramiento"....

Estas son mis comeduras de tarro, cuando no me quedo agusto con una venta más o menos mi cabeza funciona de esa manera: Tiki-taka tiki-taka... me martillean ese tipo de pensamientos...

Esta mañana la clienta se ha asomado a la tienda y desde la puerta me ha dicho con mucha alegría: 

-¡Me está perfecto!

¡Nunca, nunca dejaré de sorprenderme!